Todo tiene un día para empezar y yo empecé el día de mayor ilusión del año, el día del sorteo de Navidad.
Como me gusta recordar, aquel día me tocó el Gordo porque empezar a trabajar en algo que te apasiona es lo mejor que le puede pasar a cualquiera…*Ehh, que si algún año me toca el Gordo tampoco le voy a hacer ascos…*
Empecé con un poquito de miedo , tengo que decirlo, me había recomendado una vecina de mi madre y no quería defraudar. Siempre me había gustado esa tienda, olía a madera y tenía una caja registradora preciosa, de esa de teclas que hacían ruidito al tocarlas y era el paraíso de los pantalones vaqueros, había más de 50 modelos diferentes, ¿Qué más se puede pedir?.
Mi jefa se llamaba Luz Divina, mi jefe Angel y su hija Amor, siempre he pensado que con esos nombres tan celestiales se unieron todas las constelaciones para que yo acabara trabajando en “EL Rancho”, como se llamaba en aquel entonces…
Tres años después de esto me ofrecieron quedarme la tienda, tenía 21 años, muchos pájaros en la cabeza y muchos temores, pero la ilusión y las ganas pudieron y pasé a ser como “Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como”.
Ahora después de 30 años, con una pequeña modificación en el nombre, unas cuantas reformas y un cambio de ubicación, pero conservando la esencia de Rancho y sumándole la innovación, el gusto por la ropa femenina y las ideas frescas de un alma joven, yo, Carmen Pérez, tengo el gusto de presentarte mi web, guiada por mi pasión y con el convencimiento de estar enamorada hasta las trancas de mi trabajo.
Y puedo decirte que he aprendido a lo largo de los años que lo más importante de un vestido es la mujer que lo lleva puesto, o sea, tú. Bienvenida a mi tienda, tu tienda, Rancho Villena.
Te dejo unos abrazos para que vayas cogiendo si te hacen falta.